“Dictadura: sistema de gobierno en el que lo que no está prohibido es obligatorio”.
Enrique Jardiel Poncela.
LĂłpez Obrador considera que toda crĂtica a su gestiĂłn es un ataque que nace de la conspiraciĂłn contra su transformaciĂłn. El presidente es intolerante al espejo, se autoproclama el más atacado por la prensa desde Francisco I. Madero, aunque, más bien, parece ser al revĂ©s, como si fuese el presidente que más ha atacado a la prensa y al libre pensamiento.
El presidente cuenta con un buen ejĂ©rcito de periodistas zalameros y aduladores en varios medios de comunicaciĂłn, algunos incluso, habrá que reconocerlo, con gran solvencia intelectual y otros, francamente, irrisorios al grado de caricatura, además habrĂa que sumar los millones de bots en redes sociales que son financiados con recursos oscuros para intimidar a los crĂticos de la 4T e intentar imponer una sola agenda en la conversaciĂłn digital.
LĂłpez Obrador impulsa una agenda peligrosa para cualquier democracia, apuesta, como sus colegas populistas en el mundo, por la imposiciĂłn de un pensamiento Ăşnico, por la homogeneizaciĂłn de la narrativa, porque la Ăşnica “verdad verdadera” sea la que dicta su imaginaciĂłn. Suena muy peligroso, pero al final, cuando nos demos cuenta del abismo en el que caĂmos, el presidente perderá.
Allá por mediados del siglo pasado esa fue la esencia del amasio entre la prensa y el gobierno, los columnistas se peleaban por la lisonja más dulce, por una lamida de suelas cada vez más creativa, más rebuscada y más arrastrada…
SĂ, por aquellos dĂas eso funcionaba frente a una sociedad tan inocente como ignorante y frente a un mundo tan desconectado entre sĂ que permitĂa a las naciones sumirse en los conflictos de su ombligo sin mirar al otro, ignorando al mundo por lo redondo.
Ni la actualidad ni el futuro pintan de ese modo, el mosaico de opiniones e ideologĂas es asfixiante, incalculable y sumamente complejo.
Asumir que la vida social y polĂtica en el globo, y en el paĂs, es maniquea, que solo existe, a rajatabla, la derecha o la izquierda, el blanco o el negro, los buenos o los malos, termina traduciĂ©ndose en una frustraciĂłn generalizada, en una rabia contenida que puede explotar en formas peligrosas para una naciĂłn y que, siempre, nos llevará a la estĂşpida manĂa de querer imponer un pasado que muriĂł en un presente que no dejamos nacer.
El presidente es un ejemplo de la compleja diversidad ideolĂłgica que hoy vivimos: es un hombre conservador al extremo de la religiosidad, lo que podrĂa hacerlo parecerse más a un polĂtico de derecha, incluso ultra neoliberal dadas sus polĂticas que ahogan el gasto pĂşblico al grado de la paralizaciĂłn, pero al mismo tiempo es un hombre que aborrece el mercantilismo, que quiere sancionar libertades econĂłmicas en el alarmante roce de la expropiaciĂłn, lo que, tambiĂ©n, podrĂa colocarlo en las ultraizquierdas… El presidente es, al final, un populista.
Y los populistas quieren imponer su Ăşnica visiĂłn sin importar que Ă©sta tenga tintes de derechas y de izquierdas al mismo tiempo, porque los populistas no creen en la democracia, ni en una ideologĂa ajena a la suya en todos los sentidos, creen en un sistema autoritario, ellos creen y quieren una especie de nueva monarquĂa, son los nuevos emperadores.
Algunas sociedades terminan por aceptar muy bien al populista, máxime cuando éste les garantiza, en la realidad y no en el mundo de las ilusiones, bonanzas económicas, seguridad y una sensación plena de progreso social.
Ese no es nuestro caso, por eso creo que este experimento populista mexicano terminará en un fracaso monumental que pagaremos caro.
Aunque, ¿AMLO será el Ăşltimo populista mexicano?, vaya que siempre podremos estar peor.
Y sĂ, tambiĂ©n, siempre podremos estar mejor. Al final, depende más de nosotros reflexionar en quiĂ©n confiaremos nuestro voto.
De ColofĂłn
La toma de la CNDH parte de una lucha legĂtima, sĂ, pero esperemos que el movimiento no termine degradándose en el fortalecimiento de los radicales okupas mexicanos y seamos testigos de las tomas de edificios pĂşblicos por justicia del pueblo.
@LuisCardenasMX
source https://sanluis.eluniversal.com.mx/content/el-populista
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