El chisme es una costumbre propia de la humanidad, no sĂ© como se le diga en otras partes del mundo, pero estoy seguro que existe desde el mundo empezĂł a poblarse, estoy convencido que despuĂ©s de privar de la vida a un semejante, el chisme es el peor mal que un humano puede hacerle a otro, porque nadie puede negar que destrozar el prestigio de alguien, es causa de una carga moral con un peso de toneladas, además de que esa situaciĂłn provocada va minando dĂa con dĂa, el ánimo del afectado, voy a mencionar algo que ya he mencionado en otras ocasiones, pero como somos de cabeza dura, lo habrĂ© de mencionar no solo una vez más, sino todas las veces que sea necesario, alguna vez escuchĂ© el siguiente relato, se dice que habĂa dos compadres, uno de los cuales tenĂa por costumbre difamar al otro y los chismes que comentaba corrĂan con rapidez por todo el Pueblo, hasta que no faltĂł alguien que fue con el compadre afectado y le contĂł quien era el causante de divulgar tantas falsedades en su contra, el caso es que el compadre ofendido encarĂł al compadre chismoso y le reclamĂł, el otro no hallaba donde esconderse y anteponiĂ©ndose a la pena que estaba pasando, ofreciĂł disculpas al compadre, quien las aceptĂł, pero le puso una condiciĂłn, le dijo que lo acompañara a las afueras de la ciudad, a algĂşn cerro cercano y llevara consigo una almohada con relleno de plumas de gallina, el compadre chismoso no entendĂa lo que su compadre planeaba, pero con tal de recuperar la buena relaciĂłn con el ofendido, aceptĂł sin poner resistencia, salieron al despoblado los dos compadres, caminaron hasta una ladera desde donde se dominaba el panorama de la poblaciĂłn, entonces el compadre ofendido le dijo al chismoso, entregándole unas tijeras, corte uno de los bordes de la almohada compadre, asĂ lo hizo, entonces le dijo sacuda la almohada, hasta que no quede una sola pluma, mientras hacĂa esta acciĂłn el compadre chismoso, el leve viento empezĂł a esparcir de in mediato las plumas, en seguida el compadre ofendido le dijo al otro, ahora recoja todas las plumas y vuelva a rellenar la almohada, reclamĂł el chismoso, que pasĂł compadre eso no es posible el viento ya se llevĂł las plumas, en seguida el ofendido le dio la gran lecciĂłn al compadre chismoso, le dijo: igual que las plumas vuelan sin control alguno, los chismes que me atribuyo andan de boca en boca en el pueblo.
A propĂłsito de chismes, quiero compartir con ustedes una obra de un Colombiano radicado en MĂ©xico, incluida en el contenido de un Diccionario de la Ă“pera Mexicana de la que es Autor Octavio Sosa, este valioso libro, me lo obsequiĂł un buen amigo, a quien agradezco el enriquecimiento que ha significado abrir las páginas del mismo y descubrir el enorme tesoro operĂstico de grandes MĂşsicos Mexicanos y extranjeros Nacionalizados reconocidos a nivel mundial, volviendo al tema el compositor Colombiano Mexicano, compuso varias Ă“peras, Leopoldo Novoa Matallana, que es el nombre del MĂşsico, pero la que tiene relaciĂłn con el chisme, es una obra que titulĂł «La Muerte y el Hablador», es una Ă“pera Bufa que aborda a manera de reflexiĂłn, las posibilidades casi siempre fallidas de la comunicaciĂłn, en una parte de la obra el Tenor recrea la lectura de un diario urbano, para dar paso a la interpretaciĂłn dramática de un discurso actoral de un polĂtico, la poesĂa trata de ser y el polĂtico trata de encontrar la manera de convencer, es el problema que vivimos internamente todos, aunque para el autor el arte es una salvaciĂłn ante la incomunicaciĂłn, advierte que tambiĂ©n cae en habladurĂas, porque nos preocupa más quedar bien, que ser capaces de leer lo que queremos decir y convertirlo en un hecho, la incomunicaciĂłn asunto esencial de la humanidad, se ha convertido en una Babel que mantiene separados a los seres humanos, esa Babel se entiende como la confusiĂłn del entendimiento entre la humanidad, no tanto por hablar distintas lenguas, sino porque esa confusiĂłn impera aĂşn entre quienes hablamos el mismo idioma.
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